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¿Puede Trump desconectarnos de Internet?

El arma secreta de Estados Unidos

¿Puede Trump desconectarnos de Internet?

La seguridad de la World Wide Web depende del gobierno de Estados Unidos. Su presidente, por tanto, puede utilizar este poder como medio de presión. Toda una tentación, sin duda, para Donald Trump en sus tácticas cada vez más intimidatorias.

Viernes, 13 de Junio 2025, 13:09h

Tiempo de lectura: 3 min

Apagar Internet. Trump ya amenazó con dejar al mundo sin ella en su primer mandato. Quería entonces golpear al Estado Islámico. No llegó a cumplir su amenaza, pero la pregunta sigue vigente. ¿Qué poder tiene el inquilino de la Casa Blanca sobre la world wide web?

La Red de redes no cuenta con un interruptor de encendido y apagado, pero Estados Unidos tiene un poder determinante sobre ella. Es la sede del CVE (Vulnerabilidades y Exposiciones Comunes, por sus siglas en inglés), una base de datos de uso global, capital para la seguridad de la Red. Se trata de un directorio utilizado en todo el mundo para detectar y reparar las vulnerabilidades de software ante previsibles ataques informáticos.

La herramienta que vigila las vulnerabilidades de Internet ante ataques informáticos depende de Estados Unidos. Trump casi la cierra en abril

Pues bien, este elemento central para la seguridad de Internet estuvo a punto de cesar sus operaciones en abril por obra y gracia de los recortes aplicados por Elon Musk durante su breve mandato en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge), bajo el gobierno de Donald Trump. Al final, resulta que una de las grandes vulnerabilidades del sistema no está en el mundo digital sino en el físico, donde su operatividad depende de que el Ejecutivo estadounidense pague sus facturas. Bajo presión de los operadores, la agencia de ciberseguridad estadounidense, CISA, liberó finalmente los 20 millones de dólares necesarios en el último segundo, asegurando las operaciones hasta marzo de 2026.

El episodio, sin embargo, ha evidenciado el dominio de Estados Unidos sobre Internet, una dependencia mundial que el imprevisible Trump podría esgrimir como chantaje en su próxima partida de cartas geopolítica. Dada la dependencia de los europeos de las tecnológicas norteamericanas ­–Amazon, Microsoft y Google dominan el 60 por ciento de la nube mundial; las redes sociales, los sistemas de videollamada…–, muchas empresas podrían cerrar sus negocios y millones de personas perderían el acceso a sus redes sociales. Y esto es sólo lo más evidente.

Aplicaciones como Gmail o las de contactos de los móviles suelen estar sincronizadas con las nubes de Apple, Android, Microsoft… Es decir, no nube no contactos. Usuarios de Windows o macOs podrían tener problemas con las actualizaciones de seguridad. Con Trump, al fin y al cabo, todo parece posible, señala Candace Rondeaux, analista del think tank estadounidense New America. «¿Está Trump instrumentalizando la industria tecnológica a su favor? Es evidente que lo intentará».

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Depender de Trump... Y de los ‘tecnobros’. Amazon, Microsoft y Google dominan el 60 por ciento de la nube (en la foto, una de los principales data centers de Amazon, en Virginia), si decidiesen boicotear el acceso a Internet, muchas empresas europeas podrían cerrar.

Mientras tanto, la consigna en Europa es clara: ya no se puede confiar digitalmente en los Estados Unidos. La propia Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión, ha ordenado a su equipo «crear los requisitos para la soberanía tecnológica y la resiliencia». Parte de esa independencia es la creación de un portal europeo equivalente al CVE. Si todo sigue su camino, a partir del otoño de 2026, los fabricantes europeos estarán obligados a enviar sus puntos débiles directamente a este portal.

«En Europa tenemos el software, la infraestructura y el know-how para construir alternativas ­–señala Jan Penfrat, experto de Edri, una organización en defensa de los derechos digitales–, pero reemplazar un Google estadounidense por uno europeo no cambiaría nada. Necesitamos construir un sistema que no se oriente por los intereses de las empresas o las autoridades». No dejaría de ser paradójico que fuera Trump, precisamente, quien acabara acelerando el impulso a semejante alternativa.