Borja Quiroga, nefrólogo
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Borja Quiroga, nefrólogo
Viernes, 20 de Junio 2025, 11:09h
Tiempo de lectura: 11 min
Somos lo que orinamos», dice Borja Quiroga, el médico especialista en nefrología del Hospital Universitario de La Princesa (Madrid), que se ha propuesto otorgar al riñón el lugar que le corresponde en el organismo: el de director de orquesta. Porque, más allá de su concepción clásica como mero depurador de desechos, este órgano par interviene en muchas de nuestras actividades fisiológicas e incluso resulta clave para garantizar la longevidad. Por algo alberga la proteína klotho, «la gran revolución», una hormona antienvejecimiento que debe su nombre a Cloto, la hija de Zeus, a la que se atribuía hilar con su rueca las hebras de la vida. Alimentación, deporte y mucha prevención. En su libro Por mis riñones que hoy como bien (Rosamerón), Quiroga nos da las claves para vivir más y mejor.
XLSemanal. Doctor, ¿los riñones duelen?
Borja Quiroga. En general, no. Y ese es el gran problema a la hora de detectar la enfermedad renal crónica, que es un asesino silencioso: no da síntomas hasta que el problema está muy avanzado. Los riñones solo duelen en casos concretos, como al expulsar una piedra o si tenemos infección. Y, sin embargo, esta enfermedad ya afecta a más de seis millones de españoles, uno de cada siete.
XL. Pues no parece que les hagamos mucho caso.
B.Q. Porque la mitad de ellos ni siquiera lo sabe. El 15 por ciento de la población tiene una afección renal que desconoce y que se podía haber prevenido, pero las cifras siguen aumentando porque los riñones son los grandes olvidados. Hay más pacientes renales que parados en nuestro país. Y, si uno no sabe que lo tiene, es muy difícil frenar su progresión. Si seguimos por este camino, en el año 2100 la enfermedad renal crónica será la segunda causa de muerte, solo por detrás del alzhéimer.
XL. ¿Y hay solución?
B.Q. Claro, y muy fácil: detectarla a tiempo. Una muestra de orina, una de sangre y menos de cincuenta céntimos de euro son suficientes. El beneficio de hacerse análisis a partir de los 40 años de forma anual es muy relevante. Más incluso que las campañas contra el cáncer de próstata o de mama. Los pacientes que alcanzan la etapa de diálisis tienen una mortalidad anual del 10 por ciento.
XL. ¿Por qué son tan importantes los riñones?
B.Q. Porque son los directores de orquesta del cuerpo y, cuando fallan, impactan en muchos otros órganos que pueden dejar de sonar en armonía: desde el corazón, los huesos o la sangre hasta el cerebro o los intestinos. Los riñones filtran la sangre, pero también regulan la anemia, la calcificación de los huesos y la presión arterial. Además, ya sabemos que las personas con enfermedad renal tienen más riesgo de desarrollar demencia.
XL. Incluso les atribuye usted la clave de la eterna juventud…
B.Q. Por supuesto, porque en el riñón está la hormona antienvejecimiento: la proteína klotho, la gran revolución. La descubrió en 1997 el doctor Kuro-o, un investigador japonés que, al eliminarla de forma accidental en un grupo de ratones, se dio cuenta de que envejecían a más velocidad y esto les provocaba la muerte de forma prematura. Total, que si baja envejeces antes, y se ha comprobado que en pacientes con disfunción renal la síntesis de klotho disminuye.
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Los órganos pares son esenciales para la vida y son una ventaja evolutiva porque proporcionan una doble protección. La coexistencia de dos órganos con la misma función permite minimizar las consecuencias derivadas de la ausencia (funcional o morfológica) de uno de ellos.
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Los pacientes que alcanzan la etapa de diálisis tienen una mortalidad anual del 10 por ciento. La detección precoz... Leer más
XL. ¿Y qué hago para que no baje?
B.Q. En personas sanas hay determinados hábitos que lo reducen, como el consumo de ultraprocesados; y otros que lo suben, como la práctica de ejercicio.
XL. ¿De cuánto ejercicio estamos hablando?
B.Q. Lo suyo sería hacer dos horas y media de ejercicio de cardio cada semana e intentar complementar con 40 minutos de ejercicio de fuerza también semanalmente.
XL. ¿Qué tienen los ultraprocesados que nos ponen años encima?
B.Q. Fósforo inorgánico, que es más peligroso que el fósforo que está habitualmente en los alimentos. El inorgánico está en los aditivos, los potenciadores de sabor, los conservantes… Es el que se esconde en las etiquetas de los alimentos detrás de la letra 'E-' seguida de unos números. El problema es que se elimina por el riñón usando klotho y, cuando tenemos mucho aporte de fósforo, terminamos gastándolo y, por tanto, envejeciendo antes. Estoy convencido de que, no tardando mucho, se empezará a poner de moda la reducción del fósforo en la dieta.
XL. ¿Y este klotho no lo tendrán ya en pastillas?
B.Q. De momento, no. Se está investigando con klotho recombinante, es decir, hecho en laboratorio, y ya hay empresas asiáticas que comercializan algunos cosméticos, pero todavía no
hay ensayos clínicos suficientes que confirmen su efecto real. Para mí, el avance más importante es una investigación con pacientes publicada recientemente en la que han inyectado klotho recombinante en el tejido desvitalizado, necrótico, que se queda después de un infarto agudo de miocardio, y se ha visto que esas células han recuperado la viabilidad.
La enfermedad renal suele ser de origen genético o consecuencia de la diabetes, el síndrome metabólico o la hipertensión. Pero hace 21 años se documentó la nefropatía mesoamericana o enfermedad renal crónica de origen no tradicional, que tiende a manifestarse entre quienes trabajan al aire libre en situaciones de calor extremo.
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Caracterizado por una pérdida progresiva de la función renal, ha matado al menos a 20.000 personas en América Central y se ha diagnosticado también en trabajadores de numerosos países asiáticos.Si bien las causas aun se debaten, parece que la desencadena el estrés por calor extremo o los llamados golpes de calor, y se exacerba por la deshidratación.
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XL. Dice usted que somos lo que orinamos…
B.Q. Porque a través de la orina podemos detectar lo que hemos comido, si hemos tomado algún fármaco y, por supuesto, si tenemos alguna enfermedad. Hay temas muy recurrentes en la consulta, como la cantidad de sal que se puede consumir, y lo podemos comprobar a través de un análisis.
XL. ¿Y el color importa?
B.Q. Mucho porque nos da información. La orina roja indica que hay sangre y aparece, por ejemplo, si está bajando alguna piedra y está rasgando las tuberías, que se llaman 'uréteres', y también en procesos como las infecciones de orina o los tumores. Si se ve de color coca-cola o coñac, suele ser porque el riñón está dejando escapar algún glóbulo rojo, y eso es un dato de enfermedad renal. Y si tiene el aspecto de una cerveza con espuma que no desaparece significa que está perdiendo proteínas. Desde el transparente al amarillo intenso son colores normales.
XL. ¿Hablamos ya de los dos litros de agua al día?
B.Q. Nada, una majadería [se ríe]. El agua es necesaria, pero no se puede establecer la misma medida para todo el mundo. Eso de que hay que beber más para limpiar los riñones es un mito porque no es un órgano sucio. Tiene que eliminar toxinas, y para eso lo mínimo que necesito son 1,2 litros al día, pero luego depende de muchas cosas: si caminas, si haces deporte, si estás con diarrea, si has ingerido alimentos que también lleven agua… En definitiva, lo mejor es hacerle caso a la sed. El riñón sabe cuándo se está quedando corto de agua para eliminar toxinas y manda una señal al cerebro para que estimule la sed, que es la sequedad de la lengua.
XL. Otro tema que genera mucha controversia: la creatina. ¿Cómo se lleva con los riñones?
B.Q. Muy bien. Es una sustancia muy demonizada porque, si la tomas, en la analítica se traduce como si tuviéramos un fallo renal, porque sale más alta de lo normal, pero es solo cuestión de avisarlo antes. Es un suplemento que tiene mucha evidencia científica. Algunas observaciones han propuesto que los beneficios de la creatina pueden ir más allá del desarrollo muscular y mejorar la memoria y la concentración. Las dosis recomendadas varían en función del peso de la persona, y el consumo sugerido varía entre 3 y 5 gramos al día.
XL. ¿Y otros suplementos como el magnesio o la vitamina C?
B.Q. No hay ninguna evidencia de que las personas sanas deban suplementarse con nada de esto, pero hay un enorme negocio detrás.
XL. En general, los nefrólogos son mucho de prohibir, pero poco de alternativas…
B.Q. Es verdad [se ríe]. Pero tenemos la suerte de estar en un país que tiene dieta mediterránea, y solo con eso ya sabemos que vamos a vivir más; está científicamente demostrado. Además, podemos incluir algunos superalimentos, aunque no me gusta mucho esa palabra, en nuestra dieta habitual. Por ejemplo, la remolacha, que tiene mucho óxido nítrico, que relaja los vasos sanguíneos y tiene poder antihipertensivo.
XL. ¿Y qué le parece el ayuno intermitente?
B.Q. Me encanta. Al principio pensé que era la enésima moda de la alimentación, pero, según he ido leyendo más, he visto que tiene mucha evidencia científica.
XL. ¿Cuál es la base?
B.Q. El ayuno sirve para restaurar la función de las mitocondrias, que son las encargadas de coger la energía de los alimentos y almacenarla. Si nosotros estamos comiendo todo el rato, las mitocondrias sufren una sobrecarga energética tal que no son capaces de catalizar bien esa energía y generan estrés oxidativo, que es el precursor de las enfermedades cardiacas, renales o neurológicas. El ayuno lo que hace es restaurar esta central nuclear para que no genere la sobrecarga. Permite un descanso mitocondrial.
XL. ¿Cuál es la pauta más recomendable para ayunar?
B.Q. Lo normal es hacerlo durante 16 horas si incluimos la noche o 12 si lo hacemos de día. Y lo recomendable es hacerlo dos días a la semana, durante dos semanas al mes.
XL. Pero sabemos que hay mucha gente que lo hace solo para adelgazar.
B.Q. Ya, pero quiero recalcar que ayunar no adelgaza, hace que estés más sano. Si se acompaña de ejercicio físico que elimine más calorías que las que comemos, entonces sí. También es fundamental saber que el ayuno no vale para todo el mundo. Hay personas con ciertas enfermedades por las que deben comer de una forma más continua para mantener el azúcar a raya. Si tienes dudas, antes de hacer ayuno, no cuesta nada consultar con un médico.
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